
.
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
,
Como flaco caballero,
lo describió Don Miguel;
no pienso que por dinero
no untase el pan con su miel.
Seria por ser austero
el no aumentar su figura;
Esta pobre criatura
de la prosa y deste verso,
no perdió la compostura
y con su Triste Figura
lo conoce el universo.
¡ Detente ahí, malandrín;
date a mi espada por preso,...!
Señor, señor, dígame,
¿tenemos en casa queso?.
Amigo Sancho te digo
que mi cabeza rebosa
de enderezar los entuertos,
y tu, contaras los muertos,
ayudándome en mis cosas.
Pero señor, ¡que ya es noche;
que el pan de mi desayuno
no fue alimento oportuno
para contar tal derroche !
¿ Si vuesa merced tuviera
guardadito en la fresquera,
un pedazo de jamón?,
¡cambaría la cuestión
de tal forma y tal manera,
que las cuentas yo le hiciera
de muertos a mogollón !..
No pienses solo en comer...;
la gente lista, no come,
solo la mesa dispone
para aumentar su saber,
que es la comida del hombre.
Pues prefiero ser un tonto...;
mire usted que no se donde
aprendió que el buen saber,
llena la tripa de un pobre.
Recostemos nuestros cuerpos
ya casados del camino,
a la sombra de ese olivo
que derrengados y muertos,...
-añada hambrientos, señor;
que mientras un servidor
le pide pan al Emilio !.
Paisanos de verde Mancha,
esas caras muestran pena,
pasad y comed mi cena,
pues Don Quijote y el Panza,
no tendrán la destemplanza,
de acostarse con gran pena.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
----------------------
Si el gran manco de Lepanto
tuviera que describiros
tinta no alcanzaría ¡os lo digo!
para retratar vuestro ser.
Es que el Emilio Medina
-Muñoz- para daros más datos
hace versos de garabatos
tornando león a un ratón.
Su gracia sin par compite
con cualquier clase de rima
es una pluma sin cobardía
propongan tema y verán...
Liliana Varela
---------------------------------
¡...pero que me dice usted,
señora del alma mía...!
¿no pensó su señoría
que hacer un verso podría
del canto de su merced ?.
¡Porque usted, canta divino... !;
yo la escuche antes de ayer
al pasar por el camino
acabando de comer.
Llevaba usted bien el ritmo;
la letra, se la sabia,
y el canto me parecía
ser de bello sincronismo.
Ya me figuro que no
iba a cantar a mi puerta,
y aunque yo la dejo abierta,
tengo a mi vera, un amor.
Como a dos no puedo dar
las delicias de mi verbo,
dejo la pluma y reservo
esas ganitas de amar.
Emilio Medina M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario