Ese rosal florecido te llama,
un amor llora suspira nombrando,
él no la ha querido apagar su flama,
rosas que del nacen vienen llorando.
Color de las rosas boca serrana,
mieles abejas no quieren libando,
sus pétalos ellas vienen besando,
desdichada está triste esa montana.
Sepelio que anuncia un vate su canto,
despide su verso a la enamorada
penas lloran anegados sus ojos,
Queda ella, ilusa sufriendo de espanto,
lloran la Luna y Sol... muere olvidada
solo un cuervo recogió los despojos.
Ana Lucía MontoyaR.
Diciembre 2008
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Su jardín he regado presuroso,
muy cuidado por amores de mi mano,
al momento con su aroma tan humano
he quedado con sentir muy amoroso.
Una nube de tormenta me ha nublado
ese cielo esplendoroso que tenia,
ha truncado la tormenta mi alegria
cuando estaba de mi rosa enamorado.
He sufrido del dolor de verla mustia
con sus pétalos tan bellos en el suelo,
que mis ojos se olvidan del consuelo.
En la espera que salga otro capullo
que por rosa se transforme nuevamente,
a su vera, la espero eternamente.
Emilio.
EL ROSAL
Ese rosal florecido te llama,
un amor llora suspira nombrando,
él no la ha querido apagar su flama,
rosas que del nacen vienen llorando.
Color de las rosas boca serrana,
mieles abejas no quieren libando,
sus pétalos ellas vienen besando,
desdichada está triste esa montana.
Sepelio que anuncia un vate su canto,
despide su verso a la enamorada
penas lloran anegados sus ojos,
Queda ella, ilusa sufriendo de espanto,
lloran la Luna y Sol... muere olvidada
solo un cuervo recogió los despojos.
Ana Lucía MontoyaR.
Diciembre 2008
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El 16 de diciembre de 2008 4:12, EMILIO MEDINA MUÑOZ
Su jardín he regado presuroso,
muy cuidado por amores de mi mano,
al momento con su aroma tan humano
he quedado con sentir muy amoroso.
Una nube de tormenta me ha nublado
ese cielo esplendoroso que tenia,
ha truncado la tormenta mi alegria
cuando estaba de mi rosa enamorado.
He sufrido del dolor de verla mustia
con sus pétalos tan bellos en el suelo,
que mis ojos se olvidan del consuelo.
En la espera que salga otro capullo
que por rosa se transforme nuevamente,
a su vera, la espero eternamente.
Emilio Medina M.
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