miércoles, 4 de enero de 2012

ME MATA EL HAMBRE


Bolú, disfrazado de trilobite, camina por la playa, voceando "¡a los ricos átomos de coco! ¡a  los jugos de enzimas!". Las olas de un hirviente mar de lava bañan la orilla; los volcanes escupen fuego y humo. Estamos en el Paleozoico, tal vez un domingo, por  la cantidad de células ociosas. Tiernas celulitas hacen castillitos de silicio.


Es un balneario aristocrático, en el que sólo se admiten células eucariotas, el nivel más alto en la escala biológica, los amos de la sociedad. Bolú se tira al lado de dos de ellos, para proseguir la charla iniciada en una pasada anterior. Continuando se reporte de nuevos cambios biológicos que puedan afectar, siglos después, el consumo de  mediaslunas.

—Qué quiere que le diga, Don —comentaba uno de los contertulios—, para mi abuelo, o sea unas 43.000.000.00 generaciones atrás, la vida era mucho más sencilla.


—Claro, Proti —sentenció el otro, que en voz baja le comenta a Bolú—: el abuelo no tenía aparato digestivo, no tenía hambre, no se le hacía agua la boca por un espongiario al oréganato. Eso no es sencillez, es monotonía.


—Pero, Protu, no sufría los dilemas propios de la moderna sociedad consumidora, no sufría indigestión, no decían "te pasaste con el picante".

—Me hablaron, señor Protu —interino Bolú—, de una evolución incompleta... se comenta de la renuncia de un ministro....


—Y, sí. Mucho aparato digestivo, muchos servicios de comidas, pero unas ricas costillitas de artrópodo no, porque todavía no tenemos dentadura ¿se da cuenta? Pero entonces –digo yo-, ¿por qué nos ponen cuchillo? Si alcanzaba con una pajita.


—Que la diversidad, que las múltiples oportunidades... Esto de la evolución  es un curro. Te ponen carteles con dibujos de un "homo sapiens", que le dicen, y ponen "A eso vamos, síganme". A eso qué, vamos, un bicho más complejo que el Scrable. Y tiene una cara de torturado, de alguien que no sabe para donde agarrar...

—Es que la evolución es para bien de la especie, pero no sé si para el individuo —mete púa Bolú, que aprovecha sus lecturas de Mendel y Baudelaire—. La vida se hizo más compleja, más incierta.
—Y más interesante —acota Protu, señalando a una ondulante ameboide—-, vea cómo mueve el citoesqueleto.  Díganme que la reproducción sexual, y todas sus concomitancias, no es la gran  revolución de la época, que enriquece la vida. ¿o la de tu abuelo tenía algo de interesante? "¿Así que ahora tenés pareja Pepe?¿Como fue?"."y cómo va a ser, me dividí, ahora somos Pepe y Pepe, o Pepa y Pepa, lo mismo, la diferenciación sexual vino después. Pero lo lindo es que ahora tenemos dos hijitos, Pepe y Pepe, nuestra viva imagen."

Proti, algo amoscado, interviene:
—Y con ésta Lolita, ¿cómo sabés qué va a pasar?¿Armonizarán sus protoplasmas,  o  una de estas noches de fagocita? Ya sé, el abuelo minga de emoción, Yo con Yo comida de sonsos. ¿Pero adonde iremos a parar con esto de los sexos, cuanto mas difícil, incierto y peligroso se volverá todo?. Tenés que seducirla (y trabajar para pagar la Visa), impresionarla (gimnasio, esteroides), apabullarla con la labia (las clases de Salvador te sacan un ojo). Y si te enamorás, que no sé qué es pero está de moda, que hay dos o tres que dicen que se alcanza la felicidad pero la verdad que en pocos milenios más van a aparecer los divorcios, los suicidios, los celos, el tango llorón, los cuernos, el honor,.

..

—Es el progreso man. ¿dónde estaría la gracia, si no? Pero el progreso es entrópico. Dicen que para encarar la creciente complejidad del mundo van a desarrollar el cerebro, un órgano que analiza, deduce, decide, todo. Claro que con el cerebro  vienen el psicoanálisis, la neurosis, las pastillas tranquilizantes, las películas condicionadas, la lobotomía, la...

Posiblemente ésta haya sido la primera oportunidad en la historia, en la que Bolú dijo


—¡Ugh!

 Carlos Adalberto Fernández

  ************************************************************************


Pues a ti te matará el hambre, Carlos, pero a mí me mata la indecisión.
¿Qué le digo?
¿Divertido, monstruoso, portentoso, original? ¡Oh, no: eso ya se lo han dicho todos los demás!
Me siento como un pobre adolescente, con el traje mal cortado y las mejillas arreboladas, yendo a hurtadillas a espiar la puerta del camerino de su amada actriz principal. Porque el adolescente se ha enamorado locamente, inevitablemente, desconrazonadoramente. ¿Pero, qué puede ofrecerle? Ni siquiera conoce las palabras del gran mundo... Y allí, en el estrecho pasillo, se suceden los visitantes con ramos de flores, alguno con título, con dinero e influencias. Entran con sus ramos, salen con las manos vacías. Algunos se atusan el bigote. ¿Quizá ella les haya tendido su mano?  No sabe qué decir el chico, ni siquera se atrevería a llamar a la puerta del camerino. Y, sin embargo, regugiado en lo oscuro, en su silencio hambriento, es quien más ama.
Tiene hambre. Pero solo puede sentir un nombre martilleando sus sienes.

Carlos, Carlos, Carlos, Carlos...

Blanca Barojiana   

*********************************************************
Es que en el camerino están LOS ARTISTAS, los del gran mundo.

En la puerta de al lado, en el cuarto de limpieza, estoy yo, esperando que alguien diga mi nombre.

Yo

(Carlos)

********************************************************

Carlos, ¡eh, el de la limpieza!
Vaya inmediatamente a la fila siete, butaca once. Lleve la escoba y una bolsita. Alguien ha dejado allí tirada en el suelo la mano cortada de su madre. ¡Este público cada día es más cochino!

¡Carlos, apresúrese, canejo, ya se desmayó una señora!

BB
***************************************************

¡Voy, niña!

(Odio las manos, los pulgares sentenciosos, los índices acusadores, los medios insultantes, los anulares esclavizados, los meñiques presuntuosos, odio las palmas....)

¡Siii, ya voy!

(Carlos)
**********************************************************************
Y saldrás, escobillón en ristre y un balde por yelmo,
 a enfrentar al ingrato mundo de los segundones... Andáaaaaaa!!!!

Cris
********************************************************


Este texto del Bolú y el Proti es para sentirse...
y, què sè yo, sentirse, sentarse, pararse, hacer la venia,
saltar, montar un burro, andar a tientas,
besar el Paleozoico, el Mesozoico, el hocico de un carpincho,
entregarse al autor en cuerpo y alma,
hacerle un monumento de cèlulas motoras,
reìrse de sì mismo y de la vida,
hacer puchero, reìrse nuevamente,
correr por la monotonía,
entrar en las sofisticaciones,
hacerse el bocho,
jugar a las bochas,
sentirse... como dice Blanca,
morirse, renacer, jugar al truco,
andar en bolas jugando a la bolita,
no jugar, no sentir,
sólo ponerse a respirar esa ironía
cruel, hermosa, interesante, monstruosa, electrizante,
ser un espongiario
posiblemente al oreganato,
ser uno mismo, ser el otro,
bañarse en un calentito mar de lava,
lavarse ala nariz con una toalla,
ser feliz
porque existen estos maravillosos personajes.


Jorge Luis Estrella

***************************************

Excelso Jorge

A Bolú leer tu nota lo dejo pasmado. Se mira al espejo de frente, de perfil y de nuca.Quiere averiguar cómo descubriste que era tan maravilloso. Al Proti difícil ubicarlo después de tantas reencarnaciones.

Pero El  Maravilloso  considera  que tiene  el  deber  de hacerte  una aclaracon, con rrespecto a  su crónica tan  maravillosa;

"Jorgito;  Vos sabés  que  un  escritor,  aún un cronista  como yo,  recurre  a su fantasía para vestir sus tex tos, sin perder el respeto por la verdad histórica. Pero lo que yo escribi es inaceptable. No dudo que te diste cuenta y callas discretamente. Pero debo aclarar pútlicamente.

La preparación "al oreganato" fue inventada circa 1400, en la region de Ls Toscana, célebre, en esa época, por sus plantaciones de nato. Mal puede hablarse, entonces, de espongiario al oréganato.¡En pleno Paleozoico! Eucariotas de mi plena confianza me manifestaron que estaban de moda las Spirochaetes a las finas hierbas".

Hecha la aclaración.

Un abrazo. Carlos

Nota; Con la ayuda de un espejito de mano.

No hay comentarios: