martes, 21 de abril de 2009

AM-ARTE

«La Verwindung es el Ge-stell cuyo despliegue se da en la organización total de la tierra bajo la técnica. Olvidado fue el ser en nombre de los entes concretos con plena impropiedad; lo olvidado fue la autenticidad» : Martin Heidegger


Mi consuelo es más inmenso que el olvido.
Alguien que me ama me sobrepone al dolor.
Es ella que se abaja, ella, Naturaleza,
que me presta los ojos y la boca y sus pies
y sus besos. Es ella, fundamento de libertad
en mi consolación.

Su huella deja en tierra clara y en oteros luminosos
para que yo la siga y le ofrezca un regreso.
Ella, serpetina, enroscada en su árbol.
el mutuo árbol de Ella-Yo, mutuo árbol
de Tú a Tú, que permanece verde
con la sed de la altura y, desde ella,
costilla mía, me mira, manzana mía, me dice:
«Sea tu esperanza; seas Comprensión».

La torsión detiene, yergue mi árbol
como sed de luna, rocío en la lágrima de un sol
que vendrá en el plenilunio, en el shabat.
Se organiza para que se hunda al fin el olvidar,
con sus carroñas de Verwinden y su amargor
de desconsuelo. La Tierra tecnocrática cederá
(invoco la muerte de este olvido porque este olvido
es peor que la vida profanada y la asignación
de una convaslescencia en medio
de las hienas que se comen lo acepto.
Que me marcan con el Trabajo del Dolor
y el Sello de Caín en el Ges-stell.
Entes son y su ser ni les va ni le viene.

Dáme, pues, la dialéctica de fondo subjetivo,
la noosfera de tu boca que me besa
en imprevistas posibilidades de lo puro.
No me abandones cuando hay Ge-stell en lo profano
y se atenta a mi vida, a mi Yo. Abaja la Kenosis
para que muera la imposibilidad de dominar
el fundamento, el Ser, y no se muera la Verdad
(sino lo impropio de este lenguaje distorsivo,
a Verwinding). Abájate, Shekinah,
me van matando por virtud de la Caída.

03-02-1987 / Heideggerianas / Indice

http://carloslopezd zur-carlos. blogspot. com/2008/ 08/indice- heideggerianas. html
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AM-ARTE

Encontrar la raíz de tu origen
zarandear la greda de la precognición
ya no quiero adivinarte
quiero saberte, que me hagas en tu troncal
florecida en el am de amarte en todas sus conjugaciones
y en las ramas donde tu amabilidad me hace
amatoria, amorcillo, amorío, amoroso, enamoricarse
y reamar en vos.
Pueblo mío, mi sinagoga, mi séfer a Kadosh
hojitas muertas que vos resucitás arrastrando un dolor
que no se compara con otro dolor
No es Jonás, no Job, no los primogénitos por cuello acerados
no los Abel-abelim, no la viudez de Nomí, ni las estatuas de sal.
Es tu dolor la que me hace inmensa; dam, mi adam
tu sangre derramada motivo de mi labio partido.
La boca a medias por esta negociación secreta y artificiosa
quiero ser en tu verbo Kibbel
Aceptarte así, como recibimos la torá, sin condiciones ni reservas
así participando de tu destino caprichosamente, así en el sí porque sí
despellejarte de la carnis para llegar hasta tu opti-mismo
allí muy dentro tuyo donde quiero morirme
dejar de ser yo para que me hagas de tu especie
especia madura, anís y menta, amapola y kalanith
Hombre, robusto y fuerte Carlolus para mi vitalidad
amante consecuente de todas mis banalidades, de todos mis deseos
no pidas lo que no se necesita, todo tecnicrotisismo está de más
después de una noche de revelaciones, hundida en tu bajo vientre
agorera de propios instintos, asesina de las miserables órdenes de días
borrada de toda configuración humana, venirme venida en vos
es haber encontrado la mezcla del consuelo en nuestras Kardias.

Fanny G Jaretón

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