Cadal: Carlos Adalberto Fernández
Lili: Liliana Varela
Cris: Cristina Longinotti
¡¡¡Aijuna con la lobuna!!!
Lo gritaba el último gaucho que conocí. Ahora (70 y pico) transportaba un carro de comida entre los pabellones, en un hospital en el que estaba internado (las internaciones, si no se truncaban, eran prolongadas; todos trabajábamos en algo). El cuchillo, de cocina, lo llevaba metido en la faja, en la cintura
Nunca supe qué significaba.
¿Por qué cuento ésto? Yo que sé, pero qué historia, ¿no ?
Cadal
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Y dele pa delante Don Cadal; ya tiene el prólogo canejo!!
la lili
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Tengo prólogo y me aguanto
y yo a naides me le achico
...
(¿cómo? ¿que un prólogo es qué?)
...
Pido perdón a la gente.
Tengo un prólogo decente
y lo puedo compartir...
Cadal, el sublevau.
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Que nunca naides le diga
que usté no e´un cantor
ansi haga soneto sin rima
usté ya e un ganador,
Es el gaucho Cadal Canejo
su siguro servidor.
Usté cuenta como naides
las historias de los finaos,
la luz mala y el gualicho
son pavaditas a su lau
por eso a sus pieses agacho
mi cabeza, poeta gaucho.
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humildemente, la Lili
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Si era un gaucho, el cuchillo de cocina sería su facón. ¿O tu intriga es por la "lobuna"? Debía alucinar con una mujer lobo (¿por qué ha de ser siempre un "hombre lobo"? ¿es que los hombres no pueden tener fantasías como las mujeres?)
Cris
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Era "su facón" pero era un cuchillo de cocina. No le permitieron el original. Estaba a cargo del carro del puchero. Con mano que recordaba conflictos mejores, nos cortaba las carnes más grandes y sabrosas.
Cuando partía, como quien monta un corcel mágico, decía el Aijuna. Y después, a veces, "si me andan campeando, peguen el grito". No me pareció que fuera algo romántico o épico; había algo oscuro, tortuoso, en la exclamación de Don Villalba.
Gracias por darme pie para agrandar la escena.
Cadal.
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Agrande la escena Don Cadal,
que asome la lobuna,
el "Juan Cruz" y los caranchos
queremo escucharlo
hasta que griten los chanchos.
Pa agrandar la escena
le presto mi alpargata
porque el pie lo necesito
aunque ande a pata,
Aijuna mi compañero
repiten tuitos los indios
esperando que de su grito
despierte al gaucho ladino.
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humildemente, La Lili
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Usté me está hablando de un gaucho matrero, montaraz y ladino, frecuentador de tolderias y tolderas.
Esta, como bien lo deduce el Yossi, es una historia real, sin fantasías, cuanto más una incertidumbre alumbrada de posibles y "se dice".
Por ejemplo_ Don Villalba nunca dormía en su cama, en el Pabellón 2, el de mayor porcentaje de muertes.
Hacia la medianoche ajustaba el cuchillo, se echaba el poncho y "salía al campo". "Si me buscan saben dónde esperamos, mi cuchillo y yo. Yo estoy listo. Es mi muerte la que se hace esperar".
Una noche lo buscamos. No estaba en los pabellones, en los servicios, en los sótanos. Estaba sentado, al pie de un naranjo solitario. "No hagan ruido que la espantan", susurró. El cuchillo de cocina le brillaba a la luna, escondido entre sus ropas.
Dicen que así murió, carbonizado por un rayo cimarrón. Pero yo lo seguí viendo, repartiendo el puchero, esperando un encuentro.
Cuando murió yo estaba a su lado.
Cadal
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No me deje en el entuerto
de saber si el finao
eligió ser alma en pena,
un fantasma condenao.
Aparcero cuénteme
cómo es que usté lo ha visto
y cómo es que al morir
usté ahicito estaba.
Digame en qué pabellón
que no era de una oreja
el villalba recorría
en vez de estar bajo tierra.
Ya de hambre no aguanto
traiga puchero cristiano
y sientese a contar
lo que recuerde del caso.
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La Lili
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En el pabellón de Tisiología habíamos 50 o 60 tuberculosos. Su (nuestro) destino estaba definido porr la fortaleza física y anímica del paciente. Los jóvenes (7 u 8) viviendo una libertad desconocida en sus casas, o donde carajo fuera. Desayunando litro y medio de mate cocido con leche, tres pucheros, refugiándose en las noches, en sótanos y glorietas, con las del pabellón de mujeres, bebiendo la vida a tragos. Todos gozábamos una Sodoma increíble, en ese lugar. Todos, menos el pibe Acosta. Frugal, escueto, parecía prever, o esperar, su fin. Murió a los diez días.
Los otros, los mayores, esperando pacíficamente, la muerte. Que podía tardar en venir, pero, cuando se anunciaba, todo el mundo la oía. "le está llegando al de la 17; 20, 30 días". La última semana varios de los pibes hacíamos compañía al muerto (no le decíamos moribundo). Yo conseguía, a los codazos, una silla al lado de la cabecera. Esa respiración imperceptible, como remota, parecía venir, no de pulmones en ruinas sino de un espíritu en despedida. El último instante, cuando la piel del cuello y de las manos se secaba vertiginosamente, se hacía campo árido , agrietado, mostraba a la muerte retirando el último extremo de su túnica.
Cuando dijeron "don Villalba está en su cama" no pudimos creerlo. Un síntoma de la inminencia de la muerte era una pérdida rápida y violenta, irreparable, de peso. Pero el viejo estaba más robusto que nunca.
Cadal
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Qué es eso de la tiamaria
hace rato que soy abstemio,
le entendí del mate cocido
y de la silla juntito al muerto.
No me cuente de la gonorrea
esos datos guardéselos,
que con decirlo todo me duele
y hasta me pica ¡qué lo tiró!
Dele Cadal cuénteme todo
que la historia me interesa,
qué pasó con el villalba
tiró la pata ó se jue a la fiesta.
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humildemente, La Lili
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Usté está tomando esta historia para la chacota.
Pero ya que estamos la termino.Cadal
Don Villalba era el más antiguo del hospital. Nadie sabía de dónde había venido, ni por qué, ni que tenía.
Se hablaba de una reclusión pagada en servicios hospitalarios, que resultaba también refugio para él. Algunas tareas, decían, las cumplía en incursiones nocturnas fuera del hospital (las únicas en las que podía usar su facón), en beneficio de algunos terratenientes, ahora políticos. Se hablaba de tuberculosis, pero poco.
En su cama resoplaba como una ballena. Cuando quise revisarlo me retuvo la mano.
—No vale la pena. Lo hecho, hecho está —me susurró.
Esa misma noche falleció. . Sus últimas palabras mirándome fijamente, fueron "si alguno me campea, sabrá dónde buscarme".
Solitario, como siempre, sólo una persona –un desconocido, después de la muerte– se acercó a constatar hecho y, probablemente, identidad.
Y yo. A nadie molestó que yo me quedara, luego de irse todos. Aparté suavemente la sábana. Tenía puesta una faja nueva. Pero por debajo, sinuosamente, un hilo de sangre ya seca dibujaba un camino desde la grieta brutal del vientre hasta el colchón.
Cadal
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Aijuna con el villalba
no me diga que lo pusieron,
Y quien jué, cuente paisano
el culpable del entrevero.
No quiero mucho detalle
tomese un mate y afloje el pico,
a qué campo se jué el finao
y con la faja ¿usté qué hizo?
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humildemente, La Lili
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Ya no sé si esto es realidad o ficción. Pero cualquiera de ambas opciones, está muy bien contada.
Cris
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¿Qué querés decir Cris, que el Cadal anda mintiendo? ¿o que la Lili lo anda incitando a hablar al cohete????
Ahhh no!!! esto no queda así.
Cadal!!! Traiga al Villalba que le tire las patas a la Cris, que anda desconfiando de su historia.
Ahora va a ver cuando venga el fantasma del finao....
No... con estas cosas no se juega...¡criaturita de Dio!! (Inodoro Pereyra)
La Lili
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¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
ya lo dijo antes de ayer
el bendito Calderón.
Así que no hay novedad
en esto que digo yo:
que el gaucho existiera o no
da lo mismo, que la historia
muy convincente quedó.
Cris
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Se trata de una historia, por más que Lili intente convertirla en sainete.
Y las historias son siempre serias. ¿Creibles? Depende del narrador ¿Verídicas? Quien sabe ¿Verdaderas? Sí, si respetan las fuentes: los hechos, la memoria colectiva, la memoria subjetiva del narrador, la fantasía respetuosa de la verdad, de las verdades posibles.
Don Villalba, mientras fue, era. Tal como en el relato, era el hombre. Tal vez, algo distinta, la circunstancia. Dicen que no estaba internado, que vivía en un pensión cercana, que trabajaba de peón de cocina preparando una venganza (pero tenía una cama)
¿Qué cambia eso mi relato? Mi narración fue, lo juro, fiel al hombre, el mismo, en cualquier lado. El fué, yo ví.
Dicen -no ´sé por qué, si yo estuve- que cuando estaba por taparlo, de la grieta del vientre un subrepticio bacilo de Koch, portando un desmesurado cuchillo de cocina, saltó a la cama de al lado, y a la otra, y a la otra, repartiendo cuchilladas como un poseído. Es una circunstancia, Don Viillalba murió igualmente de un modo incierto.
No somos un grupo de opinión, ni un grupo testimonial. somos un grupo de expresion artística. Si digo "cuando los Andes cruzaron San Martín, las pampas reclamaron por su nieve", sólo se puede comentar que se trata de una imagen pobre.Y San Martín no cruzó los Andes, lo cruzaron.
Cadal
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¿O sea que el final queda abierto?
¿Mataron a Don Villalba? ¿Se suicidó?
Relatado todo esto por la voz casi infantil del narrador: resulta extraordinario como recurso. (Ya sé que todo partió del soneto del gaucho...) Pero, bueno, se volvió más interesante las respuestas y contrarespuestas intercambiadas.
Don Villalba estaba robusto en su lecho de muerte, contrario al final de los demás tísicos, ¿por qué? ¿Quizá por la hemorragia interna?
Pues ya ni se si me he perdido, pero interesada sí que he estado...
Besos
Issa
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Ahora nos entendemos Doña Cris.
Vamos a dejar al finao en paz, entonces.
La Lili
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Ansi quedamo mi amigo Cadal
enredaus en este entuerto
explicando si el Villalba
era real ó puro cuento.
Doña Cris lo pone en duda
y quiere saber más la Issa,
asi que paisano agrande
mientras come tortas fritas.
Y no me meta al Rulfo
a que me explique más nada,
qué importa si e una mentira
si es verdá o payasada.
Así que yo lo invito
a que cuente los detalles
¿Cómo e que la panza el villalba
salió el bichito del alien?
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humildemente, La Lili
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Menos mal que no me contestaste en verso, que a mí la payada me cuesta mucho...
Crizafando
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Juaaa!!! Muy bueno lo del alien!!!!
Cris
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No puedo.
Deben haber aporías, imprecisiones, flagrantes contradicciones. .. de resolución a cargo del lector. O no, que leer es sufrir.
Sólo pude rescatar un documento policial, que dice:
"...se ordena la captura de un bacilo de Koch asesino, posiblemente refugiado en un hospital, sanatorio, o centro de salud. El sujeto porta un peligroso cuchillo de cocina, presumiblemente propiedad de un tal Villalba..."
(Carlos)
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Pues imaginación sí que tienes Cadal...
¡Un bacilo transmutado en humano! ¿Alimentándose de sus víctimas? ¿Por eso tan fuerte y rozagante Don Villalba?
Aunque...quizá solo era un disfraz de la muerte...el tal Villalba..." Que nadie sabía de donde venía, ni qué tenía..."
¿Y el cuchillo? Tanto protagonismo de este, quizá solo sea para despistar al lector...
Bueno...bueno. ..
Me gusta la historia.
Besos
B B
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ENCUESTA FINAL
El bacilo neurótico tenía (un decir, para hacerlo visible, contable) tres milímetros.
El cuchillo 27 centimetros.
Cuando Ud. lee "el bacilo salta de la grieta del vientre portando un desmesurado cuchillo de cocina...",
¿qué piensa?
- Este Cadal se mamó
- ¿qué se piensa, que nos tragamos cualquier verdura?
- Fortachón, el bicho ¿se alimentaba de Tenia Saginata?
¿Como es como lector?
- 2 + 2 puede ser 5?
- Lee con una laptop conectada al MIT?
- Un cuchillo puede ser más grande que el cuchillero
- ¿por qué el elefante compro vaselina?¿se le paspó la trompa?¿tenía seca la boca?
(recopilación de Cadal) Carlitos
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