Cris me pide que escriba algún soneto.
Yo no estoy para eso que pedís;
estoy en crisis, estoy en crisis, Cris,
en estado neurótico completo.
Se me han rebelado el esqueleto,
el alma, la psiquis, la cacona, el pis,
es como si al margen de lo que vivís,
te sintieras patético, obsoleto.
¿Estaré andropáusico? , ¿estressado
de tanto poetizar a la existencia?,
¿o me habré convertido en mi cuñado
que es un hipocondríaco en esencia?.
Mas debo confesar sin eufemismo
que mi soneto se escribió a sí mismo.
Jorge Luis Estrella
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On 5/10/07, MCLonginotti
Que yo no pido nada, no soy densa
para andar exigiendo cortesías
y me conforma un simple "buenos días",
que no hace falta labia tan extensa.
Eso sí, le agradezco tan intensa
devoción entre quejas y agonías,
que ya anda pareciendo un Jeremías
que solo en lamentarse siempre piensa.
Los dolores del cuerpo van y vienen
y también los del alma: yo propongo
un poético debate, siempre en verso.
¿Los penares del alma acaso tienen
más caudal y merecen más rezongo
que los del cuerpo o debe ser lo inverso?
Cristina Longinotti
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Jue, 10 de May, 2007 7:47 am
Un soneto a pedido /Va respuesta con invitación
Con sólo un "buenos días" se conforma
la sin par cocinera del soneto:
¡Ja! Loca no soy de entrar en un reto
que temo del zapato encontré horma.
Que si esta fredegunda me deforma,
zumba, arrastra y tira por el peto,
culpa mía será porque me meto
con una luchadora en fondo y forma.
Que Jorge, si es valiente, plante cara,
que habré de divertirme mucho viendo
la burla que el dios Momo nos depara.
Señores, que una lucha de gigantes,
por más que al verla empecemos riendo,
sabrá hacernos gemir, y más bien antes.
Blanca Bariojiana
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May 10, 2007
No encuentro, Blanca mía, tu problema
en sonetear, por más que lo investigo;
el arte se te arrima como amigo
al fogón y se enciende y no se quema.
La perfección constante: ese es tu lema
y lo demuestras (ves cómo te sigo
en tu andar; sin saberlo vas conmigo),
cada día y harás que al fin te tema.
Pero nos fuimos mal de nuestro asunto,
que era el "dolor" del cuerpo y el del alma:
te suplico respetes la consigna.
El debate, si no, será difunto
antes de haber nacido y la áurea palma
no habrá dueño y es cosa que me indigna."
Cristina Longinotti
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Vie, 11 de May, 2007 6:31 am
Cariño
No te indignes, bellísima hacedora,
ni leas con reparo lo que escribo.
Bien sigo yo tu paso que, conmigo
es guía dulce y sombra protectora.
Mas si de amor hemos de hablar ahora,
si del amor del alma, y a su abrigo
el del cuerpo; y si ha de ser contigo,
de amor yo te hablaré sin más demora.
Pues tienes que saber que solo el alma
amor engendra y al cuerpo lo lega
como una madre que al mundo da un niño.
Así se funden la pasión, la calma,
la incertidumbre, la voraz entrega,
y hasta el mentir llamando a amor cariño.
Blanca Barojiana
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Vie, 11 de May, 2007 3:17 pm
No me indigno, que no, sino es conmigo,
por ser tan distraída y deficiente
mental: mi egolatrismo no consiente
tamaño disparate como digo.
Un lapsus linguae tuve y me desdigo
de mi anterior soneto que, ágilmente,
trocó "pena" en "amor". Fue mi inconsciente:
no encuentro otra razón aunque investigo.
No amor sino dolor, ¡por vida mía!
era el tema propuesto en el debate
y mi idiotez innata me condena
a reescribir de nuevo mi poesía.
(La conlusión que saco del dislate
es que el amor engaña hasta a la pena).
Pero eso no te exculpa en esta encuesta,
Blanca mía: aún me debes la respuesta
Cristina Longinotti
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On 5/12/07, c
La tarde la tengo totalmente ocupada (Patricia Ortiz sabe con
qué)
pero mi mujer fue adonde yo tenía que ir a la mañana o sea que
tuve
algo de tiempo que pensaba no tener:
Recién me he enterado que dos nenas
han jugado en mi ausencia transitoria,
gloriosas como son de toda gloria,
a mezclar los amores con las penas.
No tengo tiempo o lo tengo apenas
pero me basta para contar la historia
de alguien que, aunque se sienta escoria,
puede brillar con luces de las buenas.
Queréis hablar, por cierto, de dolores,
de males pretendéis, que no bienes,
de espinas, pretendéis, que no de flores.
Quiero deciros que los que somos nenes
no mezclamos las penas con amores:
mezclamos a las penas con los .....
genes
trenes
vaivenes
caldenes
sartenes
gegenes
sostenes
rehenes
Jorge Luis Estrella
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Lun, 14 de May, 2007 1:06 am
Yo no siento el dolor o la amargura
o la pena de ser o de haber sido
porque creo que todo lo he vivido
creando borbotones de ternura.
Lo que siento, más bien, es la locura
de no olvidar siquiera cuando olvido
y la memoria se convierte en ruído
que corrompe la música más pura.
Recuerdo a López desapareciendo,
recuerdo el genocidio y el espanto,
recuerdo pero recuerdo tanto
que me recuerdo muriendo, renaciendo,
me recuerdo en Viet Nam, en las Malvinas
y soy signo de sangre entre las ruinas.
Jorge Luis Estrella
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¡Hoy le mando dos y me adelanto, arffff!
SONETO A CRIS
Jue, 17 de May, 2007 6:23 pm
A esta sonetista portentosa,
imparable, veloz, ágil cometa,
que no hay donde un soneto no lo meta
sin importar de qué vaya la cosa.
Que no es su natural hablar en prosa,
y que el endecasílabo le peta
más que a un sargento el toque de retreta,
más que a la abeja el néctar de la rosa.
Terror de los amigos de interné
que intentamos seguirla luenguilargos
haciendo fuerzas para no llorar.
Para acabar, qué triste, ¡ya ve usté!,
medio locos, bebiendo los amargos
silábicos fracasos del rimar.
Blanca Barojiana
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Sabed que al escribirlo pensé en nuestra Issa, con respeto y amistad.
Jue, 17 de May, 2007 5:17 pm
Si del cuerpo o del alma: qué dolor
sabrá ser más profundo y más artero;
cuál cortará con hierro más certero
el delicado lirio del candor.
Cuál de los dos podrá, con más ardor,
ser el del rostro y rictus más severo,
golpear con más saña; cuál primero
en arrancarnos mueca de pavor.
No dudéis que el del cuerpo, pues mortal
habrá de fracasar porque su vida
no es de este mundo, y le es al cabo ajena.
Pero llegados al dolor final
veréis alzarse al alma dolorida
y, libre al fin, triunfar sobre la pena.
Blanca Barojiana
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On 5/23/07, MCLonginotti
Eres grande, poeta, entre los grandes:
te debemos nosotros por la pluma
versátil y genial que nos abruma.
Aquí estamos, patrón, pa' lo que mandes.
Cual hábil esgrimista tu arte blandes
y, aún con la gastritis y el reúma,
tu verso nuestra atmósfera perfuma
del Río de la Plata hasta los Andes.
Solo por darte gusto yo escribiera
cien sonetos por día y otros tantos,
para alegrar los tuyos, si un dolor
del cuerpo te acongoja, y aún si fuera
del alma, como suelen ser mis llantos,
sería en verso mi último estertor.
Verás que hablo de veras y de bromas;
si te gusta, muy bien; si no, te embromas.
Cristina `Longinott
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Sent: Wednesday, May 23, 2007 10:16 PM
Que una grande me diga que soy grande
me abruma en serio y me abruma en broma.
Una alegría nueva se me asoma
y luego de asomarse se me expande.
Que están ahí pa lo que yo les mande,
que soy un genio aunque me halle en coma,
que mi verso produce algún aroma
en la cima altísima del Ande.
Es tan hermoso lo que me has escrito
que se me borran los límites concretos
y caigo en un marasmo sin un grito.
Con mirada perdida en ojos quietos,
me siento mal, ay, Cris, te necesito,
¿me escribirías treinta y tres sonetos?
Este último verso debe ser dicho con voz muy, pero muy mimosa.
Jorge Luis Estrella
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-- May 23, 2007 10:16 PM
Es grande él, es ella generosa,
cual lirio y ruiseñor, cual mar y arena,
entre versos de amor, de risa o pena,
colorean el alma de la rosa.
Y con su dulce canto, ¡ay, qué hermosa
despierta la mañana!, qué serena
la huella el dolor, qué luna llena
de sol en la alborada se reposa.
Sus versos, como lluvia en los cristales,
su canto que se ofrenda a la belleza,
ahondan en el pecho manantiales
que arrastran presurosos la tristeza,
y así serenan el dolor del alma
con paz, amor, con luz, con dulce calma.
Blanca Barojiana
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Sent: Wednesday, May 23, 2007 9:17 PM
Blanca, Diosa de Diosas, Reina Blanca,
la que escribe los cuentos más calientes,
la que nos ha convertido en sus Sirvientes,
la que todas las penas nos arranca.
Con salvajes relinchos de potranca,
Reina de Diosas, gente entre las gentes,
como ola de mar en las rompientes,
renuevas toda agua que se estanca.
Tú, Blanca, Reina y Cris, la otra Diosa,
las dos Sacerdotizas de mi anhelo
que "colorean el alma de la rosa".
Las dos, en esta lista que es un cielo,
son luna, sol, estrella, cualquier cosa
que nos saque del negro desconsuelo.
Jorge Luis Estrella
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Jue, 24 de May, 2007
Treinta y tres: esotérico es el número
como la edad de Evita o la de Cristo
(las damas van primero) y yo desisto:
no soy un sacerdote o sabio súmero.
Ya de tanto escribir me duele el húmero
(porque yo escribo a mano y me resisto
al progreso: por eso me he provisto
de plumas y papeles un sinnúmero).
No tienes ambiciones, no, poeta:
quieres pasar muy rápido a la historia
como quien ha inspirado más sonetos.
Pero una fija cruel: aunque veleta,
mi amor te va ganando en esa gloria
por varios cuerpos; rompe los boletos.
Cristina Longinotti
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Jue, 24 de May, 2007
Señores: ya no sé dónde me meto
si en la red virtual o en un soneto:
ni sé si se compone el universo
de estrellas, de cris-álidas o versos,
de lilianas, de lo claro o de lo oscuro.
Ya solo sé que de ésta no me curo.
Que me enloquezco, y eso está probado.
Me dice mi psiquiatra que ya ceje
en este mi virtual tejemaneje
so pena de no encontrarse ya remedio.
Pero yo vivo pegada al teclado,
y solo atiendo al abecedario,
al abrirse y cerrar de los mensajes,
señores: que lo digo sin ambages
que de esta me remato en el muestrario.
¡Ayyyyyyy!! Jajajajaja.. .
No es nada... nada...
Blanca Barojiana
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Sáb, 26 de May, 2007 5:16 pm
¿Elegí treinta y tres por razón vana
o es porque ese número me incita?;
no sólo Cristo y no sólo Evita,
a los treinta y tres murió mi hermana.
Pasó hace mucho pero cada mañana
se me acerca a los ojos y me invita
a ver la vida que bulle y que se agita
y a recordar su muerte tan temprana.
Te pedí treinta y tres por ser prudente
pero lamento decir que me mentiste,
cien sonetos por día prometiste
y tengo por testigo a mucha gente.
Derrotar al amor, esa es mi meta
aunque precise hacerme más veleta.
Jorge Luis Estrella
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Sáb, 26 de May, 2007 2:37 pm
Es cierto, treinta y tres es contundente:
hasta mi madre estaba convencida
que habría de acabarse allí su vida,
pero se equivocó por impaciente.
El médico lo aplica, convincente,
al auscultar y, a fuer de repetida,
la cifra pareciera poseída
de un mágico poder para el paciente.
Prometí cien y más: he exagerado,
lo reconozco, Jorge, mil perdones.
Mas no conseguirás forzar mis dones,
que, cuando amo, mi verso enamorado
nunca pierde de vista su objetivo,
pues, mientras yo lo nombre, sigue vivo.
(Y olvidé en el ejemplo a los leales
treinta y tres combatientes orientales).
Cristina Longinott
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Sent: Saturday, May 26, 2007 11:02 PM
Nómbrelo si conviene, no se prive
de nombrar al amor, diga su nombre,
repítalo hasta que ni se asombre
al comprobar que lo que muere, vive.
Yo me conformo con que usted me active,
con que evite que alma se me escombre,
me convierta en un soneto hecho hombre
y haga que mi barco al puerto arrive.
Y ya que lo ha nombrado a Lavalleja,
porque usted nombra y nombra a troche y moche,
ya no espere de mí ninguna queja.
Conserve su poesía. No derroche.
Estoy resfriado y tengo mucha tos.
Sólo le pido que sean treinta y dos.
Jorge Luis Estrella
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Dom, 27 de May, 2007 2:02 pm
A su curiosidad cruda y malsana
no haré lugar: no espere que lo nombre;
que lo que quiere usted ¡miren qué hombre!
es saber con quién muerdo la manzana.
Respecto a la tarea matasana
de mantenerlo vivo, no le asombre
que de sonetos su camino alfombre,
pues que algo tengo de samaritana.
¿Necesita algún verso antigripal,
tal vez antitusivo, antipirético
o tomarse un placebo le da igual?
Ya sé que no está siendo muy estético
el poema, y quizá le caiga mal:
mejor lo acabaré con antiemético.
(Y agradézcame el uso de la rima,
que "poema" con "enema" bien se arrima).
Cristina Longinott
Los sonetos de Cris ahuyentan la miseria
porque son joya, luz y maravilla,
el fondo duele y la forma brilla,
el espìritu unido a la materia.
Los sonetos de amor son cosa seria
y no responden a un alma tan sencilla,
son grandeza de amar que se mancilla
como una orquídea en medio de una feria.
Y no ten pongas, Cris, en protestona
que te has lucido mucho con la rima,
vos te lucís primero con la prima
y luego te lucís con la bordona.
Que no te de tampoco tanta cosa:
vos te vas reencarnar en una rosa.
Jorge Luis Estrella
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A Cris que fue la promotora de este tema
Según lo aprendido en esta vida
a partir de penurias y tormentos,
el dolor, con firmes movimientos,
va dejando la marca de una herida.
Si tienes una pena entrometida
o sufres por ocultos sentimientos
o tu muela te ha de dar lamentos
o de un amor te duele la partida.
Si las garras que desgarran se te adhieren
al cuerpo produciéndote estertores
y el alma te desgarran si ellas quieren
no son mejores unas ni otra peores:
los dolores del alma el cuerpo hieren,
hieren el alma del cuerpo los dolores.
Jorge Luis Estrella
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Voy a responder aquí, con bastante atraso, este
soneto de Jorge, para no
buscar el mail entre los 11227 que tengo en la
bandeja de entrada:
Ya veo que tu cuerpo somatiza
el dolor que es del alma y, a la inversa,
tu espíritu produce el viceversa:
el del cuerpo en el alma se agudiza.
El dolor crece así y capitaliza
las energías todas con perversa
magnitud, y no hay pena más adversa
que la que cuerpo y alma estigmatiza.
Hay gente que no sufre de los males
corpóreos, aunque estén dándoles tajos,
mientras otros se mueren del canguelo.
Parece que es cuestión de los "umbrales"
de cada cual: los míos son tan bajos
ambos dos, que ya llegan al subsuelo.
Cristina Longinott
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